La duración de un tratamiento nunca es el mismo. Cada persona necesita su tiempo. Depende de muchos factores, como el verdadero origen del problema, la implicación del paciente, el vínculo que se establezca entre el terapeuta y el paciente, etc.
Sin embargo, es cierto que, la gran mayoría de personas que acuden a terapia, con motivación, y con una frecuencia de trabajo semanal, el primer mes, empiezan a notar mejorías.
En los siguientes dos meses, ya se encuentran bastante mejor. Y en los siguientes tres, es decir, cuando la terapia alcanza los seis meses, ya se han asentado los cambios. También hay que tener en cuenta que, en muchos casos, es necesario ir más allá del síntoma. Es decir, la ansiedad queda prácticamente eliminada en los primeros seis meses de tratamiento, y además, recomendamos la continuación del trabajo para abordar el origen.
Para solucionar lo que lo generó el síntoma de la ansiedad sí es necesario más tiempo de terapia. Abordar y solucionar el origen es importante para evitar recaídas y para prevenir el desplazamiento del síntoma.
El equipo de terapeutas del Centro de psicología Arganzuela cuenta con un amplio abanico de técnicas para ayudarte a solucionar la ansiedad. Ponte en contacto con nosotros y cuéntanos tu caso, tenemos herramientas muy útiles para solucionar lo que te ocurre.
Articulo 3: Tengo crisis de ansiedad.
Una crisis de ansiedad o de pánico es una de las experiencias corporales que más angustia y ansiedad provocan, de hecho en no pocas ocasiones, se han confundido con un infarto al corazón y la persona ha terminado en urgencias asustada y avergonzada a partes iguales.
Una crisis de ansiedad es definida como un episodio de ansiedad aguda, con miedo o malestar intensos, acompañados de alguno de los siguientes síntomas, que suelen aparecer bruscamente y alcanzar su máxima expresión en los primeros 10 minutos: palpitaciones, elevación de la frecuencia cardiaca, sudor, temblores, sacudidas, sensación de ahogo o falta de aliento, sensación de atragantamiento, opresión o malestar en el pecho, náuseas o molestias abdominales, mareo o sensación de desmayo, inestabilidad, hormigueo, entumecimiento, escalofríos o sofocaciones, percibir las cosas o a uno mismo de forma extraña, o tener pensamientos sobre el miedo a morir, volverse loco o perder el control. (Si se quiere comprender mejor el origen de estos síntomas puede leer el post ¿Qué es la ansiedad?)
En la población general, es frecuente sufrir algún episodio aislado de crisis de pánico, sin embargo mientras algunas personas lo superan al atribuirlo a causas no preocupantes, otras personas se quedan angustiadas y con temor a que les pueda volver a pasar, pudiendo generar un trastorno de pánico con o sin agorafobia.
En cuanto al por qué se producen estas crisis de pánico la explicación la encontramos en la experimentación de estados de ansiedad persistentes en el tiempo o acontecimientos puntuales que aunque no son continuos, suponen una gran preocupación para la persona. También es cierto que en ocasiones no se puede detectar el origen de la crisis porque la persona no es consciente del mismo. En otras ocasiones el origen está dentro del propio cuerpo, es decir, una sensación corporal normal, como un salto del corazón por ejemplo, puede ser malinterpretada provocando así la crisis de ansiedad.
Es importante intervenir cuanto antes para impedir que el miedo se generalice a otras situaciones, ya que a partir de experimentar crisis de ansiedad la persona puede ir cogiendo miedo por ejemplo a salir de casa, o a exponerse a determinadas situaciones que las vive como “inescapable”, es decir, situaciones de las que no puede salir rápidamente si le da otro ataque de ansiedad, como puede ser el metro, el cine o un centro comercial.
Además cuánto antes se intervenga más fácil y rápido resultará el tratamiento. Ponte en contacto con nosotros, el equipo de terapeutas del Centro de Psicología Arganzuela, puede ayudarte.