HABILIDADES SOCIALES EN ADOLESCENTES
Las habilidades sociales son un conjunto de conductas que la persona va aprendiendo desde la infancia bien por observación o bien por aprendizaje directo, que se actúan en la interacción con otras personas. Se tornan necesarias para desarrollar relaciones positivas y sanas con los demás y sin duda, cuanto mejor repertorio de habilidades sociales tenga el adolescente, más éxito podrá tener en diferentes áreas de su vida, ya que le ayudarán a lograr sus objetivos y a establecer relaciones y vínculos sanos con los demás disfrutando así de las relaciones sociales.
Cuando el adolescente cuenta con buenas habilidades sociales, suele contar con buenas habilidades de comunicación y con un buen autocontrol emocional, lo que contribuye a que mantenga una buena autoestima. Las habilidades sociales facilitan la relación con los iguales (hermanos, amigos, compañeros de clase, vecinos, etc) y con las figuras de referencia (padres, abuelos, familiares, profesores, etc).
Habilidades sociales básicas serían iniciar y mantener una conversación, presentarse y presentar a otras personas, formular preguntas, dar las gracias y hacer un cumplido.
Habilidades sociales más avanzadas serían dar instrucciones y seguirlas, pedir ayuda, disculparse, participar en una conversación con varias personas, dar tu opinión y convencer a los demás.
Hay dos recursos emocionales sobre los que se asientan el resto de habilidades sociales que son: la empatía y la asertividad. Estos recursos llevan al adolescente a profundizar en el vínculo con los demás y a gestionar de forma óptima los conflictos interpersonales que puedan surgir en los vínculos. Además, aumentan la probabilidad de conseguir los objetivos propios y generan una buena red de apoyo. A su vez, garantizan el sentido de pertenencia al grupo y de aceptación.
Las habilidades sociales que tienen que ver con los afectos y que, a su vez, forman parte de la inteligencia emocional son: Identificar las emociones propias y expresarlas, comprender las emociones de los demás y respetarlas, expresar afecto, consolar y animar a los demás cuando muestran emociones negativas, gestionar el enfado del otro y abordar los miedos propios.
Las habilidades sociales son fundamentales para el éxito tanto a corto como a largo plazo, tratándose de una dimensión básica que ayuda a desarrollar la inteligencia emocional del adolescente. Suponen una combinación de la capacidad de entender y gestionar el propio estado emocional y la capacidad de comprender y responder a otras personas.
Las habilidades sociales no sólo incluyen la comprensión y el uso de las convenciones sociales, sino que también incorporan la capacidad de entender el “mundo interior de uno mismo a través de la relación con los demás”, la forma en que los demás se comunican e interactúan, la reciprocidad y la capacidad de establecer relaciones interpersonales.
Dos de las prioridades de los adolescentes en esta etapa de su desarrollo son la necesidad de sentirse reconocidos y la necesidad de sentirse integrados dentro de un grupo. Si no lo consiguen, esto puede influir en su autoestima y generar un malestar emocional que puede derivar en otro tipo de dificultades como depresión, aislamiento, adicciones, trastornos de ansiedad.
Por eso es necesario que cuenten con recursos suficientes para que puedan desenvolverse en el mundo de lo social.
Detrás de algunos cuadros clínicos de ansiedad o depresión en adolescentes, uno de los recursos que puede estar comprometido es el relacionado con las habilidades sociales. Si damos herramientas a los chavales para que desarrollen estas habilidades, actuarán como factor protector ante posibles dificultades con las que se puedan encontrar en su adolescencia y posteriormente, en su vida adulta.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE QUE SE ENTRENE EN HABILIDADES SOCIALES A LOS ADOLESCENTES?
Llegada la adolescencia se incrementa y consolida el desarrollo de determinadas competencias psicológicas como la abstracción y la reflexión, es decir, los chavales, en esta etapa vital, son capaces de procesar mejor la información y de ser más conscientes de sus propias habilidades. Se ponen en marcha un conjunto de cambios que afectan decisivamente a la capacidad de pensamiento y de razonamiento de la persona.
La adquisición de esta nueva forma de pensar capacita al adolescente para afrontar en mejores condiciones las tareas evolutivas, como las habilidades sociales que ayudan a una buena transición hacia la edad adulta. Si estas habilidades no han sido del todo desarrollas por el adolescente, por el motivo que sea, puede aprenderlas de la mano de profesionales especializados a través de talleres o terapias que faciliten su desarrollo.
Si no se estimulan en esta etapa pueden llegar a quedar comprometidas para la vida adulta, por eso es clave que se asienten en esta etapa evolutiva.
¿ES MEJOR TRABAJAR LAS HABILIDADES SOCIALES EN GRUPO O INDIVIDUALMENTE?
A través de una evaluación completa al adolescente se determina lo que más se ajusta a sus necesidades. Es importante trabajar la autoestima o la gestión emocional antes para que luego pueda aprovechar lo que le pueda aportar el grupo y no se bloquee. Lo más adecuado suele ser la combinación de la terapia individual y la grupal. La individual es donde se profundiza más en las dificultades personales que interfieren en la relación del adolescente con los demás. La terapia grupal ayuda al desarrollo de esas habilidades que ha ido adquiriendo en la terapia individual pero que necesitan practicarse en grupo para que se consoliden.
¿CUÁL ES EL PAPEL DEL TERAPEUTA EN EL ENTRENAMIENTO DE LAS HABILIDADES SOCIALES EN GRUPO?
El terapeuta, debe saber qué tipo de habilidades necesita el grupo para poder diseñar ejercicios dinámicos que pueden beneficiar a todos. Estos ejercicios suelen ajustarse a sus capacidades y suelen consistir en ensayos conductuales y en modelado. El terapeuta explica las diferentes habilidades y cómo aplicarlas. Después se ponen en práctica. Por último, se recoge cómo se ha sentido cada uno intentando reforzarles. El feedback es importante porque ayuda a que cada uno tenga información de cómo les ven los demás tanto en lo positivo como en lo que les cuesta y pueden mejorar.
Un terapeuta dinámico, comprensivo, que sepa captar bien a cada miembro del grupo es de gran ayuda para que los adolescentes estén motivados con los ejercicios que realizan. La actitud y la manera en la que se relaciona el terapeuta tiene que servir como modelo para los demás. Por tanto, es fundamental que el propio terapeuta sea una persona que se sepa relacionar muy bien tanto es su vida personal como laboral.
¿QUÉ TIPO DE HABILIDADES SOCIALES NECESITA APRENDER UN ADOLESCENTE?
Vínculo: capacidad de establecer lazos afectivos con otras personas.
Empatía: capacidad de ponerse en el lugar del otro y entenderle. A través de la terapia y de los grupos con adolescentes tratamos de inculcarles la capacidad de diferenciar sus necesidades de las necesidades de los demás para que entiendan y respeten que cada uno es diferente. Aprender a percibir estas diferencias ayuda a relacionarse de una manera sana con el otro porque entienden que al tener necesidades diferentes cada persona valora o piensa de forma distinta. Lograr ser empáticos no solo va a ayudar a ser más tolerante con el otro si no que también ayuda a que el adolescente se haga entender frente al otro. Hay que tener cuidado con el significado de empatía. Hay personas que se definen como empáticas por el simple hecho de entender al otro. Hay que añadir otro elemento importante que es respetar al otro respetándose a sí mismo. Hay adolescentes que ceden en todo y no saben poner límites a los demás. La empatía es entender al otro pero no por ello ceder en lo que pide si no estoy cómodo dándoselo.
Asertividad: capacidad de defender los propios derechos y opiniones respetando los de los demás.
Cooperación: capacidad de colaborar para lograr un objetivo común. Esto ayuda a la integración del adolescente en un grupo ya que necesita formar parte más allá de sí mismo.
Comunicación: capacidad de expresar:
- Emociones positivas: poder reconocer y expresar lo que le agrada.
- Emociones negativas: poder reconocer y expresar lo que le desagrada.
- Peticiones: expresar cómo se siente y pedir algo que para él o ella es importante respetando el no a su petición.
- Críticas: expresar cómo se siente ante otra persona y pedir un cambio.
- Capacidad de rechazar la petición sin dañar al otro.
Autocontrol: capacidad de interpretar y controlar los impulsos.
Escucha y parafraseado: Saber escuchar activamente es reconocer lo que dice el otro tal y como lo dice sin interpretar. Puede parecer sencillo pero no lo es, muchas veces escuchamos lo que interpretamos y respondemos según lo interpretado. Esto es motivo de conflictos a causa de malas interpretaciones. Por eso es importante preguntar qué se ha querido decir exactamente. Los adolescentes pueden llegar a ser muy suspicaces.
Resolución de conflictos: Para enseñar a comprender y resolver los conflictos conviene estimular el desarrollo de la capacidad del adolescente para adoptar diferentes perspectivas. Si el adolescente es flexible para ver las diferentes perspectivas también será capaz de valorar las diferentes opciones para resolver el problema sin quedarse en una sola solución que puede que no se dé.
¿QUÉ PROFESIONALES PUEDEN AYUDARME?
- Licenciada en Psicología especialidad clínica. Calificación Cum Laude.
- Terapeuta en idiomas: español e inglés. Licenciatura obtenida en Estados Unidos.
- Máster en Psicoterapia por la Universidad Complutense de Madrid.
- Máster en Terapia de Conducta por la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
- Formación en intervención familiar y terapia de pareja.
- Experiencia en adultos con trastornos de ansiedad como estrés, crisis de pánico, angustia generalizada y fobias.
- Experta en trastornos adaptativos.
- Experiencia clínica en adolescentes (depresión, ansiedad, problemas emocionales, duelo, autoestima etc.).
- Experiencia en terapias grupales y responsable de desarrollo de talleres con pacientes.
- Especialista en diagnóstico y tratamiento de niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
- Especialista en resiliencia y flexibilidad emocional.
- Licenciada por la Universidad Complutense de Madrid con especialidad en psicología clínica y salud.
- Psicóloga General Sanitaria.
- Máster en Inteligencia Emocional e Intervención en Emociones y Salud por la U.C.M.
- Experto en Intervención Psicológica con Víctimas de violencia de género.
- Terapeuta EMDR.
- Amplia experiencia y formación en Terapia Familiar Sistémica.
- Experto en Psicoterapia con Niños y adolescentes.
- Experiencia en terapia individual con adultos (ansiedad, depresión, problemas de autoestima, trastorno de alimentación, adicciones, rupturas, duelos, dolor crónico, fobias, problemas familiares…).
- Experiencia en terapia infanto-juvenil (ansiedad, miedos, fobias, problemas escolares, bullying, rabietas, problemas familiares…)
- Experiencia en terapias grupales: Obesidad, habilidades sociales, inteligencia emocional, adicciones y ludopatías, terapias multifamiliares.
- Experiencia y desarrollo de programas de prevención en primaria y secundaria.
- Experta en técnicas de biofeedback.
- Experta en la técnica de la caja de arena.
- Experta en terapia breve centrada en soluciones.
- Experta en técnicas psicodramáticas.
- Licenciada en Psicología por la Universidad de Elche (Alicante)
- Máster Universitario de Psicología General Sanitaria por la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante).
- Máster en Atención Temprana por el Instituto Superior de Estudios de Psicología.
- Evaluación e intervención psicológica infantil (trastorno desarrollo cognitivo, emocional y de la conducta, trastorno generalizado del desarrollo).
- Evaluación e intervención psicológica juvenil (trastorno de conducta, déficit atención, problemas emocionales, relación padres-hijo).
- Evaluación e intervención psicológica adultos (ansiedad, depresión, estrés, adicciones, duelo, dolor crónico, etc.).
- Adolescentes y jóvenes en situación de riesgo.
- Mediación y resolución de conflictos.
- Publicaciones sobre conductas adictivas.
- Licenciada en Psicología por la Universidad de Granada.
- Máster Universitario en Psicología General Sanitaria.
- Evaluación e intervención psicológica con niños y adolescentes (problemas de conducta, hiperactividad, déficit de atención, problemas emocionales) y adultos (problemas de estrés, ansiedad, depresión, duelo, adicciones, síndromes somáticos).
- Promoción y educación para la salud.
- Afrontamiento y manejo de enfermedades crónicas.
- Orientación cognitivo-conductual, con perspectiva integradora.
- Conocimientos de Mindfulness.