Hay personas que manifiestan fijarse únicamente en lo negativo de las cosas, y no poder conseguir pensar de otra manera. Este es un tema que enfada y entristece por partes iguales a las personas a las que les ocurre, para abordarlo nos centramos en dos campos principales de actuación con el objetivo de disminuir el negativismo.
Uno de ellos es comprender de dónde viene. El origen de esta forma de pensar es diverso, según la situación vital de cada persona, quizás te criaste en un entorno en el que las cosas no iban bien y te acostumbraste a centrarte en lo negativo, tal vez optas por centrarte en lo negativo como mecanismo de protección para evitar que te ocurra algo malo, o puede que tu madre o padre fueran personas negativas y tú inconscientemente aprendiste a hacer lo mismo.
Finalmente, también es posible que estés pasando por una mala época en el terreno laboral o personal y que esto esté repercutiendo en tu estado anímico. El hecho es que conocer y ser consciente del origen del negativismo ayuda a reducirlo, lo cual ya es un paso muy importante. Una vez que se conoce el por qué, hay que empezar a poner medios para cambiar el negativismo por una forma de pensar más realista y racional.
Cuando algo ocurre en nuestra vida, nuestro cerebro, que recoge y analiza la información a una velocidad rapidísima, nos la devuelve en forma de pensamientos automáticos en base a los cuales tomamos decisiones, actuamos y así nos sentimos de una u otra forma. Por supuesto, las personas que se lamentan de centrarse en los aspectos negativos de su vida, tienen pensamientos automáticos de corte negativo.
Por ejemplo ven lo que les ocurre de forma extremista, magnifican los hechos o se culpan a sí mismos y a los demás por no haber reaccionado de la forma correcta.
Estos pensamientos son tan inmediatos que muchas veces no nos damos cuenta de que existen. Precisamente, uno de los trabajos que se realizan en terapia, es ayudar a la persona a ser consciente de su existencia y así ponerlos en cuestión desde una perspectiva más realista y racional, para evitar que invadan su vida y su estado emocional.