HIPOCONDRÍA / NOSOFOBIA
HIPOCONDRIA
La hipocondría es un problema psicológico que consiste en interpretar cualquier señal física del cuerpo como señal de que se va a padecer o se tiene una enfermedad orgánica grave. La interpretación de esas señales de forma errónea hace que la persona sienta una ansiedad muy elevada y que ésta a su vez genere sensaciones físicas que la persona interpreta como confirmación de la creencia de que tiene en su cuerpo una enfermedad grave. Un ejemplo sería una persona que tiene dolores de cabeza y automáticamente piensa que tiene un tumor cerebral. Esta creencia le genera una importante ansiedad y, a su vez, la ansiedad se incrementa los dolores de cabeza.
A medida que el trastorno va cogiendo fuerza, la persona empieza a focalizar aún más su atención a cualquier cambio o sensación que tenga en su cuerpo. La persona en su búsqueda para reducir el miedo a que se cumplan sus expectativas suele buscar información relacionada con la enfermedad, pregunta constantemente a familiares y a amigos para asegurarse de que no tiene nada, etc. Es común tocarse y observar la parte del cuerpo que la persona teme que esté enferma de forma constante y repetitiva; además de realizar visitas continuas al médico para comprobar que no hay nada enfermo. Estos comportamientos a corto plazo reducen la ansiedad pero a largo plazo la aumentan, lo que origina que se repitan e incluso que la persona no crea a los médicos en su afirmación de que el paciente está sano.
Las personas que padecen hipocondría, con estos esfuerzos, intentan asegurarse a cada momento de que están sanos al 100% porque temen enormemente la enfermedad.
Este problema psicológico genera un gran sufrimiento tanto para la persona que lo padece como a su entorno. De éste problema se puede salir, existen técnicas específicas en terapia psicológica que pueden ayudar a que la persona mejore y deje de sufrir.
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NOSOFOBIA
La persona que padece nosofobia experimenta un miedo extremo e incontrolable de tener una enfermedad grave y las consecuencias de tenerla, a la muerte. Presenta además una preocupación elevada acerca de su salud.
Este miedo se dispara cuando aparecen estímulos asociados a las enfermedades como pueden ser ir al médico, pasar por un hospital o relacionarse con personas que están enfermas. La persona que sufre de nosofobia, tiende a evitar ir al médico o por el contrario comprueba constantemente en su cuerpo cualquier indicio de enfermedad. De esta forma su preocupación disminuye a corto plazo, pero a largo plazo la ansiedad aumenta.
Las personas que padecen nosofobia temen las enfermedades graves, la muerte, la forma de morir, la idea de morir y desaparecer y todo lo relacionado con este tipo de situaciones. Evitan conversaciones sobre estos temas y cuando tienen que enfrentarse a situaciones relacionadas lo pasan realmente mal. También temen la muerte de sus seres queridos y de las personas importantes para ellos.
La nosofobia suele aparecer hacia los 40 años, es una etapa de la vida en la que ya se han logrado algunas metas vitales importantes como casarse, tener un trabajo estable y tener hijos, y aparece el miedo a perder esa buena situación vital en la que se encuentra la persona. Si el miedo se dispara puede generar un malestar realmente significativo y llevar a la persona a padecer importantes niveles de ansiedad.
Él malestar vivenciado por el miedo a enfermedad se centra en un tipo de enfermedad o en un síntoma específico del cuerpo. A diferencia de la hipocondría donde el miedo a síntomas es múltiple igual que al miedo a padecer una diversidad de enfermedades.
Existe tratamiento psicológico con técnicas muy eficaces que ayudan a la persona a disminuir esa ansiedad intensa relacionada con la enfermedad, también ayuda a que la persona interprete mejor las sensaciones físicas, disminuir su preocupación y gestionar mejor sus comportamientos relacionados con la salud.
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