Eyaculación retardada
La eyaculación retardada es la demora o ausencia de la eyaculación, aunque la erección y la estimulación sexual sean adecuadas. La mayoría de los hombres con eyaculación retardada, aproximadamente el 85%, consiguen llegar al orgasmo mediante la masturbación. En ocasiones la situación llega a ser muy incómoda para los dos miembros de la pareja e incluso agotadora, debido a la tardanza por parte del hombre de llegar al clímax.
Al igual que la disfunción eréctil, podemos clasificar la eyaculación retardada en primaria, cuando el hombre nunca ha podido eyacular durante el coito, o secundaria, cuando el hombre ha sido capaz de eyacular durante el coito antes pero ya no es capaz de hacerlo. Además, puede ser generalizada, cuando la incapacidad orgásmica se produce durante el coito y también con la masturbación, y situacional, cuando el hombre puede eyacular con normalidad en determinadas situaciones o con determinadas personas, pero no con otras.
Las causas de este trastorno pueden ser orgánicas o psicológicas. Entre las causas orgánicas más frecuentes se encuentran determinados medicamentos antidepresivos o ansiolíticos, consumo de drogas o alcohol y daño neurológico. Entre los factores psicológicos podemos encontrar una estricta educación religiosa y moral, haber sido sexualmente sancionado, tener experiencias traumáticas sexuales, padecer situaciones de estrés relacionadas con el trabajo o la situación económica, ansiedad, etc.
Hay que destacar que en los últimos años ha habido un aumento en la prevalencia de este trastorno debido especialmente a la disponibilidad y el consumo de pornografía. Esto ha provocado que la masturbación excesiva sea más común, lo que puede provocar que el tiempo para llegar al orgasmo se incremente cuando se produce el coito. La pornografía ofrece a los hombres una estimulación visual intensa y de elevada variabilidad, creando en su imaginación una idealización de cómo deben ser los encuentros sexuales y las parejas sexuales, dificultando llegar al clímax de la excitación sexual con situaciones y parejas del mundo real.
Además, con la masturbación, el hombre se acostumbra a ciertos niveles de fricción que son más intensos que durante el coito, acostumbrando al pene a sensaciones físicas diferentes de las que se producen durante el coito real, provocando que el hombre únicamente sea capaz de llegar al orgasmo mediante la masturbación o el sexo oral.