Adicciones en la adolescencia

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Adicciones en la adolescencia2017-11-29T15:56:28+00:00

Adicciones en la adolescencia

Las sustancias de entrada al consumo son el alcohol, el tabaco y el cannabis (en orden de inicio de respectivamente).

Según el Plan Nacional Sobre Drogas el alcohol es la sustancia psicoactiva más extendida entre los estudiantes de educación secundaria entre 14 y 18 años. El 78,9% han consumido bebidas alcohólicas en alguna ocasión, y el 68,2% (2 de cada 3 adolescentes) admiten haber bebido en los últimos 30 días.

El tabaco es la segunda sustancia más consumida. El 38,4% ha fumado tabaco alguna vez en su vida, el 25,9% afirma haber consumo en los últimos 30 días y 1/3 de estos reconoce haber fumado diariamente.

Por último, está el cannabis la tercera substancia más popular entre los jóvenes de 14 y 18 años. El 29,1% (3 de cada 10 adolescentes) admiten haber consumido cannabis en alguna ocasión, y el 18,6% reconoce haberlo consumo en los últimos 30 días.

¡Pero no nos alarmemos!

Que los adolescentes consumen es innegable. Se encuentran en una etapa de cambio en sus vidas, dónde la curiosidad y la experimentación forman parte de ella; sin olvidar ese toque de rebeldía, provocación y transgresión que suele tintar la adolescencia. Para poder entender el consumo, primero debemos aprender a diferenciar entre uso, abuso y dependencia.

Por uso entendemos el consumo de una o varias sustancias de manera ocasional sin generar dependencia o problemas de salud en quien las consume. Hay que diferenciar entre uso experimental, uso recreativo y uso habitual.

  • El uso experimental ocurre cuando una persona prueba una o varias sustancias en una determinada ocasión.
  • El uso recreativo se da cuando el consumo empieza a ser regular dentro de contextos de ocio y con más gente (generalmente con amigos, rara vez se consume en solitario). El objetivo de este consumo es la búsqueda de sensaciones agradables y el disfrute.
  • El uso habitual ocurre cuando la frecuencia y la cantidad aumentan. La sustancia adquiere un papel importante en la vida de la persona, le gusta la sensación que produce por lo que es muy probable que lo haga repetidamente; y ya no solo en compañía, también en solitario.

Por abuso entendemos el momento en que la persona dedica la mayor parte del tiempo al consumo dejando, seguramente, otras actividades por hacer, que probablemente antes le gustaban.

La dependencia o adicción llega cuando el consumo se torna compulsivo. La persona ha ido adaptando sus necesidades al consumo y suple su necesidad de cariño, relación, diversión, etc. con el consumo de la sustancia. Existen dos tipos de dependencia: física y psicológica.

  • La dependencia física implica que el cuerpo y el cerebro se acostumbran a funcionar con determinados niveles de la sustancia en sangre, es decir, se ha generado una tolerancia. Por este motivo el cuerpo necesita, por una parte, mayor cantidad de sustancia para alcanzar los efectos deseados y, por otra parte, si no consume, sus niveles en sangre bajan y el cuerpo reacciona con síndrome de abstinencia (temblores, sudoración, etc.).
  • La dependencia psicológica surge cuando el no consumo provoca malestar, irritabilidad, etc … el gran problema con la dependencia psicológica es que cuando la sustancia está tan inmersa en la vida de una persona, ésta está presente en muchos aspectos de su vida y asociada a muchos momentos (quedar con amigos, antes de ir a dormir, mientras espero el autobús, etc.).

Por defecto, cuando se habla de adicciones, se hace en términos de alcohol, tabaco y otras sustancias, pero no descubrimos nada nuevo cuando hablamos de que existen más adicciones como por ejemplo al teléfono móvil, a internet, a las apuestas on-line, etc. Se pasa por las mismas fases: uso, abuso y dependencia.

Todos los usos (de sustancias o nuevas tecnologías) empiezan por ser experimentales. Cuando éste empieza a regularse en el día a día (pasando de uso recreativo a uso habitual), la persona comienza a acostumbrarse a la presencia de la sustancia o nueva tecnología en su día a día.

¿Y… qué es lo siguiente?

A mayor uso, mayor es la costumbre de consumirlo, y esto desemboca en el desarrollo de la tolerancia. La tolerancia aparece cuando se necesita más cantidad para obtener la sensación inicial deseada, es decir, puede ser que en vez de una cerveza se necesiten dos para coger “el puntillo” o, que se necesite media hora más con el videojuego nuevo. Cuanto mayor es la tolerancia mayor es la probabilidad de desarrollar una dependencia.

¿CÓMO PODEMOS PREVENIR?

El trabajo en prevención debe ser multifocal. No basta con dar información, que obviamente es muy necesaria, también se necesita hacer una actuación en cuanto a hábitos de vida saludables y toma de decisiones.

En lo que se refiere a los hábitos de estilo saludables es fundamental que el adolescente conozca bien el término de salud y la responsabilidad que tiene él consigo mismo en el mantenimiento y cuidado de la suya. La salud no es solamente la física (hacer deporte, higiene adecuada, comer saludable, etc.), muchas veces nos olvidamos de la salud social y emocional (tener buenas relaciones interpersonales, preocuparnos por nuestra propia felicidad, etc.) y es importante hacerles conscientes que ellos son los únicos que tienen poder de decisión en este área. Por mucho que se le diga al adolescente y se le aconseje, quien lo acabará haciendo o no, será él/ella mismo/a con sus propios criterios y valores.

Aquí radica la segunda parte, la toma de decisiones. Es importante que conozca cómo se toma una decisión razonada, para que el día de mañana cuando se enfrente a la decisión de consumo o no consumo pueda razonarla y no dejarse llevar por la influencia social.

Decimos que la prevención es multifocal porque no hay un único punto en el que centrarse, es igual de importante que tenga hábitos de vida saludable, como que sepa razonar sus actuaciones, que tenga una buena autoestima para poder hacer frente a la presión del grupo (la mayoría de las veces así se inician los consumos experimentales), que se sientan arropados en casa para poder hablar de aquello que les inquieta, etc. Y por descontado que tengan conocimiento acerca del efecto que provocan las sustancias a corto, medio y largo plazo a nivel físico, cerebral y comportamental, especialmente el alcohol, el tabaco y el cannabis que son las sustancias de inicio en el consumo.

Ante todo, debemos dejarles muy claro que no existe un consumo moderado a su edad (tal y como se habla en los adultos, media copa de vino en las comidas, por ejemplo) porque su cuerpo se encuentra en pleno desarrollo, y la introducción de cualquier sustancia psicoactiva en su organismo va a originar que no se desarrolle de manera óptima. Por eso lo mejor es “Cuanto más tarde mejor y cuanto menos mejor”: cuando más tarde consuma más formado estará su cuerpo y los efectos en el desarrollo serán menores; y cuando menos se consuma, menos probabilidad de crear tolerancia y, por tanto, menor probabilidad de desarrollar la dependencia.

¿CÓMO DETECTAR?

Señales de alerta:

  • Pronunciación lenta o mala.
  • Habla rápida o de manera explosiva.
  • Ojos inyectados en sangre.
  • Tos no productiva que no desaparece.
  • Olor o aliento inusual, que intenta cubrir con chicles o colonias.
  • Pupilas muy dilatas o muy pequeñas.
  • Movimientos oculares rápidos.
  • Inapetencia o aumento de apetito.
  • Marcha inestable.

También es posible notar cambios a nivel de energía:

  • Pereza, apatía o somnolencia constante.
  • Hiperactividad.

E incluso cambios en el comportamiento:

  • Mal rendimiento académico y aumento del ausentismo escolar.
  • No participación en actividades que antes eran habituales.
  • Cambio de grupo de amigos.
  • Actividades secretas.
  • Mentir o robar.

¿QUÉ HACER SI DETECTO?

Es fundamental saber en qué situación se consume, qué consume y con qué frecuencia. Saber si se siente presionado por su grupo de iguales para consumir, porque no es lo mismo ese motivo que consumir porque necesita evadirse de la realidad, por ejemplo.

No lo dudes, pide cita de inmediato. Cuanto antes consigas ayuda, menos probable será que el uso pase a abuso y éste a dependencia. En el centro de psicología Arganzuela podemos ayudarte.

¿QUÉ PROFESIONALES PUEDEN AYUDARME?

Gabriela García Sánchez
Gabriela García SánchezNº de colegiada M-32841
  • Licenciada en Psicología por la Universidad de Elche (Alicante)
  • Máster Universitario de Psicología General Sanitaria por la  Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante).
  • Máster en Atención Temprana por el Instituto Superior de Estudios de  Psicología.
  • Evaluación e intervención psicológica infantil (trastorno desarrollo  cognitivo, emocional y de la conducta, trastorno generalizado del  desarrollo).
  • Evaluación e intervención psicológica juvenil (trastorno de conducta,  déficit atención, problemas emocionales, relación padres-hijo).
  • Evaluación e intervención psicológica adultos (ansiedad, depresión,  estrés, adicciones, duelo, dolor crónico, etc.).
  • Adolescentes y jóvenes en situación de riesgo.
  • Mediación y resolución de conflictos.
  • Publicaciones sobre conductas adictivas.

Estamos a tu disposición para ayudarte en lo que necesites.
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