Manías y obsesiones infantiles
En el desarrollo infantil entre los 4 y 8 años se puede observar que hay niños que realizan comportamientos que podríamos identificar como un ritual o manía (puede ser querer pintar con el mismo color siempre, saltar baldosas, no pisar rayas, etc.). La diferencia entre las manías que forman parte del desarrollo evolutivo (es decir son normales para la edad) y las manías que pueden derivar en una dificultad emocional, se encuentra en que el niño realiza el ritual para reducir malestar emocional. Cuanto más pequeño sea el niño, más difícil es determinar si se trata de una u otra opción; el malestar generado por una obsesión es confuso, a medida que van creciendo puede ser más concreto.
Las obsesiones infantiles que suelen aparecer con mayor frecuencia son las relacionadas con hacerse daño a sí mismo o a otros, el orden o la contaminación.
Las compulsiones (“manías”) que aparecen pueden estar relacionadas directamente con la obsesión: lavarse, comprobar, ordenar, etc. Las obsesiones aparecen en forma de pensamientos o imágenes repetidas estas son las que generan un malestar emocional fuerte y son las que conllevan a que el niño realice algún tipo de ritual con el fin de aliviar ese malestar. Los rituales no generan placer ni diversión, solo reducen el malestar a corto plazo.
Si observas que tu hijo tiene manías que permanecen mucho en el tiempo, las utiliza con el fin de reducir malestar y genera un sufrimiento significativo en él es necesario que busques ayuda profesional.