Depresión infantil
Los signos de depresión infantil están influidos por la etapa evolutiva del niño y su personalidad. Un niño que sufre de depresión puede presentar los siguientes síntomas observables:
Intensa irritabilidad o enfado continuos (cuanto más pequeño es el niño, se observa más irritabilidad que tristeza), tristeza, nerviosismo, ansiedad, no quiere jugar o relacionarse con otros niños, problemas en el comportamiento, autoestima baja (“No me sale nada bien”, “No sé hacer nada”, “Soy tonto”, “Soy feo”), dificultad para concentrarse, desobediencia, no alcanzar el peso según su edad, cansancio, dificultades para dormir, exceso de sueño, exceso o falta de apetito, llanto continuo, quejas de dolores o molestias físicas, cambio en el rendimiento académico, rechazo de ir al colegio, pérdida de placer en actividades escolares o en el tiempo libre y en algunos casos ganas de morir o de desaparecer.
En general, el estado de ánimo de un niño con depresión se caracteriza por no ser un estado transitorio, es intenso y continuo a lo largo de los días e invade todas las áreas importantes de su vida. Es importante recalcar que en los niños la depresión no se manifiesta como en los adultos, siendo una de sus principales diferencias que en los niños es más intensa y frecuente la irritabilidad y los comportamientos agresivos que la tristeza.
Diferentes acontecimientos en la vida del niño, como la pérdida de un familiar, el nacimiento de un hermano, o la vuelta al colegio, pueden propiciar la aparición de problemas en su estado de ánimo. Si el niño cambia su forma de sentir, de pensar y de actuar a un estado negativo, y éste perdura en el tiempo más de un mes, es importante acudir a terapia. Sin ayuda o apoyo es difícil recuperarse de una depresión. Por lo que si sospechas que tu hijo puede estar padeciendo una depresión, no dudes en consultarnos, podemos ayudarte.