Fobia infantil

Fobia infantil2020-01-22T14:05:43+00:00

Fobia infantil

¿Qué es una fobia?

La fobia es un miedo exagerado e irracional hacia un objeto o una situación específica. Entendemos que el miedo es una respuesta de angustia innata en el ser humano, ante la sensación de peligro físico o psicológico. Es una emoción fundamental para la supervivencia, ya que permite poner en marcha acciones que nos protegen de amenazas potenciales. Sin embargo, no siempre tememos a algo que realmente sea peligroso, o lo hacemos en un nivel de intensidad que resulta contraproducente, como es el caso de las fobias.

¿Qué ocurre cuando hay una fobia? Síntomas

Al existir una fuerte angustia al enfrentamiento con dicho objeto, el niño tiende a intentar evitarlo, lo que puede generar alteraciones en la rutina o en su comportamiento habitual por este motivo, por ejemplo, no querer ir al colegio. Se suelen asociar emociones negativas al objeto fóbico, como miedo y ansiedad, produciendo muchas veces respuestas fisiológicas ante el contacto o sólo la idea de contacto con el mismo. Tales como sudoración, llanto intenso, explosiones de ira, elevación del ritmo cardíaco. A nivel racional el niño valora el objeto como peligroso, así como, se percibe a sí mismo como poco capaz de gestionar la relación con dicho objeto.

Fobias frecuentes

Algunas fobias frecuentes, suelen ser las médico-sanitarias en las que se teme a las inyecciones, médicos, heridas, etc. Miedos a los animales, como a las arañas, cucarachas, serpientes. Miedo a lo desconocido, como la oscuridad. Miedo a los medios de transporte, a los fenómenos naturales como rayos y tormentas, así como a los ruidos fuertes, etc. Igualmente, pueden experimentar fuerte miedo al fracaso o a la crítica, siendo el análogo a la fobia social en los adultos. La fobia escolar, es uno de los más frecuentes.

¿Por qué se forman las fobias?

Como todos los fenómenos psicológicos, suelen implicar múltiples factores en su etiología. Muchas veces están relacionadas con la vivencia de una situación traumática previa que estuvo relacionada con el objeto temido, por ejemplo, un conflicto con otros niños en el recreo que ha potenciado una fobia escolar. A su vez, el contexto familiar o social puede haber influido en la construcción de este miedo, por ejemplo, fobias que se transmiten de una generación a otra, por haber visto que mamá temía a dicho objeto.

En algunas ocasiones, las fobias aparecen como un desplazamiento del miedo que se tiene por un elemento más complejo, que es depositado en un objeto concreto, en este caso el de la fobia. Puede ser un intento de protegerse ante una angustia más difícil de abordar para el niño, que al colocarlo en un objeto o una situación específica, pueden tener mayor control de la ansiedad. Por ejemplo, el miedo de un pequeño a los globos por la posibilidad de que estallen, que aparece posteriormente a un accidente de tránsito en el que estuvo presente.

Diferenciarlo de otros miedos

Es importante tener en cuenta que, en el caso de los niños, existen los miedos evolutivos. Se refiere a determinados temores que son esperados para la edad, como parte de su desarrollo. Por ejemplo, a los 6 meses, el bebé teme a los extraños, lo cual está relacionado y facilita la construcción de la relación de apego con sus padres, como figuras de seguridad. Alrededor de los dos años, suele surgir el miedo al abandono y la separación, siendo un momento vital en el que el pequeño va siendo más autónomo. A los cuatro años suele aparecer el miedo a la oscuridad y a elementos más imaginarios o abstractos. Posteriormente son frecuentes los miedos a los animales, a daños físicos, etc.

Los miedos evolutivos suelen corresponderse a un período vital específico, por lo que remiten con el tiempo. La fobia, por el contrario, además de implicar elementos más irracionales y desproporcionados, tienden a permanecer en el tiempo.

¿Cuándo acudir al psicólogo?

Es importante buscar ayuda profesional cuando el niño muestra respuestas muy desproporcionadas ante el objeto temido, que resultan inadecuadas y son poco beneficiosas para sí mismo y su adaptación al entorno, que persistan en el tiempo y no correspondan con lo esperado para su momento vital. La terapia ayudará al pequeño a superar este miedo, de forma que le permita adaptarse a su entorno, dando herramientas a los padres y potenciando los recursos en el niño.

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