Reestructuración cognitiva
¿Qué es la Reestructuración cognitiva?
La reestructuración cognitiva es una técnica eficaz para combatir emociones desagradables muy intensas que generan un elevado malestar y que paralizan a la persona y no le permiten vivir cómodamente su día a día. Esta técnica es muy útil y encuentra elevados porcentajes de éxito con emociones que provienen de distorsiones cognitivas o errores de pensamiento, y se presentan en forma de ansiedad, elevada preocupación, intensa ira, sentimiento de culpa paralizante, tristeza, apatía, etc. La baja autoestima y el desarrollo de recursos para un óptimo abordaje de las relaciones sociales como, la asertividad, también se ven beneficiados con esta técnica.
Suele utilizarse dentro de la terapia cognitivo conductual o de orientación cognitiva. Parte de la concepción de que las personas tratamos de procesar la información de nuestro entorno de la manera más rápida y eficaz posible. Esto hace que a veces cometamos errores a la hora de sacar conclusiones, pudiendo dificultar nuestra adaptación al entorno, generar sufrimiento o favorecer el desarrollo de problemas psicológicos.
¿Qué tipo de pensamientos se pueden trabajar?
Se enfoca principalmente en los pensamientos distorsionados que conducen a conclusiones que pueden ser erróneas y/o dificulten la adaptación. Un ejemplo de error de pensamiento sería sacar un 7 en un examen, y fijarme en los 3 puntos que me faltan para llegar al 10, en lugar de valorar los 7 puntos que he logrado. Estos errores son las denominadas “distorsiones cognitivas”, y existen muchos tipos. Muchas veces éstas suelen estar relacionadas con el origen y el mantenimiento de muchos problemas psicológicos, por ejemplo, de ansiedad y depresión.
Algunos de los errores de pensamiento más comunes son la abstracción selectiva, el “debería” y el pensamiento dicotómico. La abstracción selectiva es la tendencia que tenemos a fijarnos en sólo una parte de la situación, ignorando la otra. Un ejemplo de abstracción selectiva sería cuando hago un proyecto para mi trabajo en el que todo ha salido bien, salvo por un pequeño detalle. Si yo sólo consigo fijarme en ese pequeño fallo, pienso que todo el proyecto ha salido mal, cuando eso no es cierto. El “debería” consiste en estar constantemente pensando en “debería visitar a mi madre”, “debería haber estudiado más” o “debería ser más amable”. Todas estas exigencias hacen que nos sintamos mal y que nos quedemos atascados en estos pensamientos. El pensamiento dicotómico consiste en la tendencia a percibir o interpretar las experiencias como blanco o negro, sin escala de grises. Por ejemplo “o me quiere, o me odia” o “Es cuestión de vida o muerte”. Estos tres tipos de errores de pensamiento son los más comunes, pero existen muchos más.
¿Cómo funciona?
En la reestructuración cognitiva lo que hacemos es identificar qué tipos de errores comentemos, para así poder cambiarlos y sentirnos mejor. Por ejemplo, una manera de cambiar los “debería” sería diciendo “me gustaría” en su lugar. Es decir, en lugar de pensar “debería hacer estudiado más” pensar “me gustaría haber estudiado más”. Es un pequeño cambio, que hace que sintamos menos exigencia y que por lo tanto la ansiedad que nos produce el “debería” disminuya.
¿En qué tipo de problemas puede resultar conveniente aplicarla?
Los errores de pensamiento se encuentran habitualmente en la base del bajo estado de ánimo y de la ansiedad. Por eso es muy importante combatirlos con ayuda terapéutica. De este modo aprendemos a cambiar hábitos cognitivos (de pensamiento) nocivos que llevamos a cabo en nuestro día a día sin darnos cuenta y que están dificultando nuestro bienestar emocional. Con esfuerzo, paciencia y un proceso terapéutico adecuado, podemos lograr sentirnos mucho mejor.
Te ofrecemos a continuación la explicación de algunos errores cognitivos:
Algunas investigaciones que muestran su eficacia…
En una investigación realizada por Taylor en 1996, del departamento de Psiquiatría de la Universidad Británica de Columbia, se propuso valorar la eficacia de algunas técnicas cognitivas, entre las cuales se encontraba la reestructuración cognitiva, aplicada en la intervención de casos de fobia social.
Se analizaron 42 investigaciones científicas que se habían realizado hasta el momento para evaluar la eficacia de varias técnicas como el entrenamiento en habilidades sociales, la exposición y la reestructuración cognitiva. En estas investigaciones se compararon los puntajes de cuestionarios que medían los síntomas de la fobia social de tres tipos de grupos, antes y después de que se aplicara la intervención. Un grupo recibía la intervención cognitivo-conductual, otro no recibía tratamiento, y otro grupo que creía recibir algún tipo de tratamiento, pero no era real, ya que se trataba de placebo.
Los resultados mostraron una reducción significativa de síntomas asociados a este trastorno, tales como los síntomas psicofisiológicos de la ansiedad, así como las conductas de evitación de situaciones sociales, en los participantes del grupo que recibió la intervención, entre la que se encontraba la reestructuración cognitiva como herramienta terapéutica para intervenir en el área cognitiva. Además, se observó que el efecto de estas intervenciones aumentó significativamente después de un periodo de 3 meses una vez finalizada la intervención, sugiriendo una mejoría adicional al final del tratamiento. No se encontraron diferencias significativas entre los diferentes tipos de técnicas cognitivo-conductuales que fueron aplicadas.
Taylor S. (1996) Meta-analysis of cognitive behavioral treatments for social phobia. Journal of Behavior Therapy Exp Psychiatry 27:1-9.