Terapia Cognitivo-conductual
¿Qué es?
La Terapia Cognitivo conductual es un tipo de orientación terapéutica dentro de la psicología, que cuenta con un gran respaldo científico, ya que el abordaje desde esta corriente emplea las técnicas de intervención que han mostrado mayor efectividad en la investigación. Nace de las terapias conductistas y las derivadas de la psicología cognitiva, por lo cual se basa en el trabajo con los pensamientos y las conductas de la persona. Su forma de proceder está muy vinculada al método científico, trabajando de forma estructurada y enfocada a tratar la sintomatología actual se padece.
¿Cómo funciona?
La Terapia Cognitivo Conductual, es práctica, ya que se enfoca en resolver los problemas actuales que generan sufrimiento. El terapeuta participa activamente, proporcionando al paciente la información científica que puede ayudarle. Es aplicable a múltiples problemas, enfocándose en una intervención de corta duración o más breve que otros tratamientos. Está basada en la comprensión teórica de que las emociones y los comportamientos, que según plantea esta orientación dependen principalmente de los pensamientos, los cuales condicionan la forma de percibir el entorno y los propios procesos mentales. La conducta es aprendida, pero está determinada por los significados que le demos según nuestras creencias y experiencias previas.
Este tipo de intervención promueve un cambio sobre la forma en la que se piensa y se actúa, favoreciendo que la persona se sienta mejor. Se focaliza en enseñar al paciente a reconocer los estilos de pensamiento que son disfuncionales y están generando conductas que pueden dificultar su adaptación y/o producir sufrimiento. Esto se logra a través de un diálogo socrático, mediante el cual, el terapeuta dará feedback sobre los esquemas de pensamiento necesarios a trabajar. La persona, al ir modificando los pensamientos y conductas disfuncionales por otros más adaptativos, consigue enfrentar de una manera diferente y por supuesto, más adaptativa, lo que le aflige, con lo que consigue mayor éxito al solucionarlo.
También, a lo largo de la terapia la persona aprende a dividir los problemas complejos en partes más pequeñas, comprendiendo su relación entre ellas y las consecuencias que pueden estar generando. Con la Terapia Cognitivo-Conductual, es posible romper el círculo vicioso de pensamientos, sentimientos y comportamientos negativos, creando nuevas formas de afrontar las situaciones de conflicto.
¿Cuál es su formato?
La Terapia Cognitivo-Conductual puede llevarse a cabo de forma grupal o individual. En psicoterapia individual suele organizarse en tres fases. Una primera etapa, en la que se busca conocer el problema que trae al paciente a consulta, estableciendo un diagnóstico. En este momento, paciente y terapeuta establecen en conjunto los objetivos a trabajar. La segunda etapa se refiere al tratamiento propiamente, en el cual, se ponen en marcha distintas técnicas orientadas hacia el logro de los objetivos planteados. Finalmente, se da la etapa de seguimiento, en la que se comienzan a espaciar las sesiones, que se focalizan en mantener los cambios y prevenir futuras recaídas.
El terapeuta puede proponer “deberes” para poner en práctica estos cambios en la vida diaria. A su vez suelen utilizarse los autorregistros, como una herramienta fundamental para observar cómo se presentan las situaciones de conflicto en la vida del paciente, así como su evolución en la terapia. Mediante esto, es posible reducir los síntomas y prevenir futuras recaídas del problema.
¿Para qué tipo de problemas puede utilizarse?
La Terapia Cognitivo-Conductual es una de las más frecuentes y se puede aplicar a múltiples trastornos. Ha demostrado su utilidad en problemas de ansiedad como el Trastorno de Pánico, agorafobia u otras fobias, Trastornos del estado del ánimo, Trastornos de la conducta alimentaria, Trastornos del control de impulsos, adicciones, entre otros.
Algunas investigaciones que muestran su eficacia…
En una investigación de Sánchez, Alcázar y Olivares, en el año 1999, se quiso valorar la eficacia de las técnicas Cognitivo-Conductuales en los problemas clínicos y de salud. Para esto, utilizaron procedimientos estadísticos para sintetizar los resultados de una serie de investigaciones que se habían realizado anteriormente con este mismo objetivo, para poder llegar a conclusiones más contundentes.
Se valoraron 34 investigaciones científicas realizadas previamente en España, en las cuales se utilizaron herramientas terapéuticas cognitivo-conductuales en el tratamiento de algunos de los problemas psicológicos más frecuentes dentro de la clínica, como trastornos de ansiedad y del estado de ánimo. Dichos estudios arrojaron conclusiones basadas en 650 personas, de los cuales 471 recibieron una intervención terapéutica con técnicas cognitivo-conductuales, mientras que 179 personas estuvieron en un grupo control. Es decir, las del grupo control no recibieron ningún tratamiento y fueron evaluados de la misma forma que el otro grupo que sí lo recibió, para poder valorar las diferencias entre ellas a causa del tratamiento recibido.
Los resultados muestran una diferencia significativa entre los dos grupos, con y sin tratamiento, en todos los tipos de intervención cognitivo-conductual que se aplicaron. Se observó un efecto del 85%, mostrando una mejoría en el grupo sobre el que se aplicó la intervención cognitivo-conductual, por lo que todas las técnicas mostraron ser efectivas, permitiendo que se redujeran los síntomas depresivos y ansiosos en todos los participantes. En primer lugar, se ubicaron las técnicas que trabajan las habilidades de afrontamiento, en segundo lugar, las de reestructuración cognitiva y finalmente, las técnicas de entrenamiento en resolución de problemas.
Sánchez, J., Alcázar, R. y Olivares, J. (1999). Las técnicas cognitivo-conductuales en problemas clínicos y de salud: meta-análisis de la literatura española. Psicothema, 11 (3), 641-654.