Terapia con enfoque Psicodinámico
¿Qué es?
La terapia con orientación psicodinámica es un enfoque terapéutico dentro de la Psicología, que parte de los principios teóricos del psicoanálisis, pero con una mirada más integrativa, menos intensiva y más a corto plazo. Tiene el objetivo de “hacer consciente lo inconsciente”, es decir, ayuda a la persona a tomar consciencia acerca de sus verdaderos conflictos y sentimientos, que suelen estar profundamente arraigados y no ser reconocidos, debido a diferentes mecanismos de defensa que impiden el acceso a las motivaciones inconscientes de sus comportamientos. Este “no darnos cuenta” de por qué hacemos lo que hacemos, reduce nuestra capacidad para poder funcionar de otras formas más sanas y que nos lleven a un menor sufrimiento.
¿En qué se basa?
Este enfoque parte de la teoría de que es necesario identificar el origen de los síntomas y el malestar de la persona, para poder resolver los conflictos o construir lo que está deficitario, para que la persona pueda avanzar y mejorar. Poder atender las raíces del malestar, evita que el conflicto se vaya desplazando y generando el desarrollo de nuevos síntomas continuamente.
En este proceso, se dota de recursos a la persona, centrados principalmente en el autoconocimiento, favoreciendo una mayor integración del sí mismo, así como la creación de estrategias más sanas y adaptativas para gestionar los conflictos, mejorando sus relaciones consigo mismo y con los demás.
Gran parte del trabajo consiste en reconocer aspectos de su personalidad, tales como sus principales miedos, sus estilos de relación, mecanismos de defensa, etc, así como, la forma en la que éstos se han construido a partir de su historia de vida y sus primeras relaciones significativas. A partir de estos elementos, es posible identificar la forma de funcionamiento en diferentes ámbitos, para poder establecer estilos más sanos y satisfactorios.
¿Cómo funciona?
Durante las sesiones, el paciente asocia libremente, por lo que expresa sin controlar o reprimir lo que va pensando, lo que permite que traiga a consulta el material relevante para trabajar, como una puerta de acceso al inconsciente. Se interviene mediante el análisis del contenido que trae el paciente, reflejando los puntos de conflicto, las dinámicas que se generan e interpretando los elementos que aparecen en la sesión, para que la persona poco a poco vaya descubriendo lo que le pasa y por qué le pasa.
Igualmente, la relación que se establece entre el paciente y el terapeuta es fundamental en este tipo de intervención. Se entiende que la persona se relaciona con el terapeuta y con la terapia, de la misma forma que puede hacerlo fuera, pudiendo manifestar ahí aspectos de conflicto, que se van trabajando a lo largo del análisis.
Esto permite abrir y explorar aspectos que están sin resolver y que generan un conflicto, afectando a su estado de ánimo y sus conductas.
¿Por qué elegir este tipo de intervención?
Es un tipo de intervención que permite un análisis muy profundo, en el que se pueden modificar aspectos estructurales de la personalidad, incidiendo en múltiples elementos que fortalecen a la persona, más allá de la remisión de los síntomas.
Es una terapia muy apropiada para personas que quieran aumentar su autoconocimiento, promoviendo la reflexión, la introspección y la comprensión sobre aspectos más profundos de su mundo interno.
Aun cuando la mejoría es progresiva y muchas veces difícil de definir de forma concreta y visible, investigaciones muestran efectos que se mantienen a largo plazo en la vida de la persona.
Un ejemplo de su uso…
“Ana constantemente busca la aprobación del terapeuta en todo lo que hace. De esta forma, pone de manifiesto su tendencia a querer complacer a los demás y hacer lo que cree que otros esperan de ella, lo que le ha pasado con sus parejas y le genera mucho malestar.
El terapeuta identifica esta dinámica y se la refleja a lo largo de la terapia, entendiendo en conjunto los posibles motivos que favorecen que ella se comporte de esta manera. El rol del terapeuta es poder dar y hacer en la relación con la paciente, lo que a Ana le ha faltado en sus otras relaciones, o hacer de forma reparadora lo que ella ha vivido de una forma conflictiva, que en este caso, ha provocado que constantemente Ana busque la aprobación y aceptación constante en todos sus vínculos para sentirse segura. Por ejemplo, el terapeuta mantiene en su relación con Ana una aceptación incondicional, sin criticar y juzgar como hacían sus padres. En este proceso le permite aumentar su confianza y dejar de necesitar ese reconocimiento externo, empezando a encontrarlo en ella misma”.