:Detección precoz de la enfermedad del Alzheimer
Todos hemos vivido, de forma más o menos cercana, la enfermedad de Alzheimer. Es un padecimiento que suele ser más frecuente en las personas mayores, en gran parte debido al envejecimiento general de la población.
Hoy, en el día Mundial del Alzheimer, es importante conocer cómo podemos reconocer precozmente esta enfermedad, ya que una detección temprana y una intervención multidisciplinar pueden ayudar a mejorar la evolución de la enfermedad.
El Alzheimer afecta entre un 5% y un 15% de la población mayor de 65 años, siendo un tipo de demencia más frecuente y conocida. Algunos factores que predisponen a poder desarrollar esta enfermedad son los antecedentes familiares, así como los problemas vasculares y los traumatismos cerebrales.
Una preocupación frecuente entre familiares y personas en riesgo, es cómo identificar las posibles señales para poder intervenir lo antes posible. A pesar de que actualmente no existe un tratamiento efectivo reconocido, un adecuado acompañamiento puede mejorar el pronóstico, así como la calidad de vida del paciente y de la familia. Actualmente, el diagnóstico del Alzheimer se realiza a nivel clínico, por ello es muy importante acudir al Neurólogo ante cualquier posible síntoma que se identifique.
¿Qué tipo de síntomas nos pueden alertar sobre la posibilidad del desarrollo de la enfermedad de Alzheimer?
- Olvidos cotidianos: Olvidar información recién aprendida, como por ejemplo, la cita para ir al médico, o lo que iba a apuntar en la lista de la compra. También se pueden olvidar fechas o eventos importantes
- Dificultad para concentrarse: hacer las cuentas del mes o seguir una receta. Pueden tener problemas para focalizar la atención y tardar más tiempo en hacer algo que ya se ha hecho muchas veces.
- Dificultad para realizar tareas habituales, tanto fuera de casa como dentro: Pueden tener problemas en llegar a un lugar conocido, o recordar por ejemplo reglas de un juego al que han jugado muchas veces.
- Desorientaciones temporales y espaciales: Pueden olvidarse de la estación en la que estamos, fechas importantes o el paso del tiempo. A veces se pueden olvidar de dónde están o cómo han llegado allí.
- Problemas visuales: Desarrollan problemas de lectura, problemas de distancias visuales y color o contraste.
- Problemas del habla: A pesar de que se esfuercen en seguir la comunicación, en ocasiones pueden tener problemas para seguir una conversación. Pueden presentar dificultades para encontrar la palabra necesaria para expresarse o llamar a las cosas de una forma inadecuada.
- Perder cosas, colocar objetos fuera de lugar, problemas para deshacer y retrasar los pasos: Es frecuente colocar cosas fuera de contexto. Pueden perder cosas sin deshacer sus pasos para ver donde las dejaron.
- Problemas para tomar decisiones: Es frecuente que les cueste decidir cosas en las que antes no dudaban, así como cambios en el juicio.
- Pérdida de iniciativa en las actividades sociales: Empiezan a aparecer problemas a la hora de quedar con personas con las que siempre se quedaba, en sus actividades diarias o en actividades lúdicas que antes hacían.
- Cambios en el humor o la personalidad: Son frecuentes la irritabilidad, las alteraciones en los estados emocionales, síntomas de tristeza y depresión.
¿Qué diferencia hay entre la enfermedad de Alzheimer y un deterioro cognitivo asociado a la edad?
En ocasiones, nuestros mayores desarrollan ciertas alteraciones en la memoria relacionados con la edad, que forman parte del envejecimiento normal, pero ¿qué lo diferencia de un problema más grave como el Alzheimer?
En primer lugar, el desarrollo de Alzheimer comienza de forma lenta y progresiva, mientras que otros problemas asociados a la edad pueden empezar de forma más abrupta. Por ejemplo, la depresión en las personas mayores influye mucho en su memoria, y aunque tengan olvidos similares, normalmente el cambio es más rápido y visible.
En segundo lugar, el lenguaje se ve afectado, sobre todo con las categorías nominales, cuando existe un problema de Alzheimer, mientras que éste no cambia tan claramente en un deterioro cognitivo asociado a la edad.
En tercer lugar, la atención en las personas con Alzheimer se ve muy afectada, mientras que en otros problemas de deterioro la capacidad atencional se preserva sin ninguna alteración significativa.
Por último, es importante recalcar, que las personas con Alzheimer hacen grandes esfuerzos por adaptarse y poder relacionarse de una forma adecuada, no siendo conscientes del problema que están desarrollando. Por otra parte, las personas con deterioro cognitivo sí son conscientes de la afectación, lo cual llevan con irritabilidad, apatía y depresión.
Hoy queremos recordar y dedicar un espacio a las personas mayores y a las familias que pueden estar lidiando con la enfermedad de Alzheimer. Es importante cuidar emocionalmente tanto al paciente como a los familiares y cuidadores, ya que es un problema que afecta a todo su entorno. Si tienes alguna persona cercana que esté sufriendo esta enfermedad, no dudes en buscar ayuda profesional. A pesar de que convivir con este problema es muy difícil, creemos que no debe ser motivo para rendirse. La detección precoz, la intervención multidisciplinar y el acompañamiento psicológico son herramientas fundamentales en la batalla contra el Alzheimer.
